Y lo que sigue es lo que su lectura me sugiere:
" Y Dios, alfarero por lo visto, con un soplo infundió vida a aquella figura humana de varón recién acabada”
¿Somos acaso ese viento, nacido de un fatigado soplido?
¿Es por ser viento que no alcanzamos sosiego?
¿Que pasamos, y no posamos?
¿Que sólo vemos, sin tiempo para mirar?
¿Somos seco siroco, capaces como si somos, para aturdir e irritar?
¿Somos húmedo huracán que todo destruye y anega?
¿Cambiar el mundo?
Hace ya mucho tiempo que pienso que si me fuese dado hacerlo, pobre de mí, ni sabría por dónde empezar.
En cambio, tengo la certeza de que, incluso el que pudiera imaginar, podría empeorarlo más todavía.
Por eso, con sólo el derecho a sentirme cabreado con lo que ocurre, ya me conformo.
Es lo único que sé, lentamente aprendido por mí mismo, y con esfuerzo.
Porque lo que se nos enseñó, duramente (la letra con sangre entra) y sin compasión, fué sumisión y servidumbre.
Sólo bajo estas premisas, puedo afirmar que estoy de acuerdo con lo que dice Jordi, sobre todo en espíritu.
.
http://blogs.publico.es/altermundista/156/somos-viento/
No hay comentarios:
Publicar un comentario